Aprendiendo a ser "Padres"


"APRENDIENDO A SER PADRES"

Dicen que todos llevamos un niño dentro del corazón. Más de una vez habrán escuchado: – “reaccionas como un niño o niña!!!!”, “tu comportamiento es infantil”, etc, etc. Seguramente, habrán oido hablar del niño interior que vive en cada adulto. Es cierto y durante toda la vida, en algún momento o circunstancias, ese niño interior se hará “oir”, aunque la mayoría de los adultos no lo registre. Sin embargo ese niño interior comanda la vida emocional de las personas “adultas”. El niño interior de cada uno se evidencia en distintas situaciones: cuando juega juegos de niños, cuando lo invade la tristeza y no sabe porqué, cuando se emociona con su auto nuevo, cuando consigue algo muy deseado, cuando descarga su agresión a otros, cuando se desespera, o cuando se torna intolerante, entre otras cosas. Pero hay una etapa de la vida donde cobra más fuerza. Esa etapa es cuando se convierte en Padre o Madre. En ese momento aflora con más nitidez su propio niño interior. y donde se pone de relieve su propia crianza donde, seguramente, se repetiran los mismos patrones de conductas y actitudes que ha aprendido cuando niño. Educará y guiará a sus hijos siguiendo, más o menos, los mismos modelos que ha vivido.Una cadena interminable que se transmite de generación en generación.
Puede ayudarse a recordar aquel niño /niña que fue si busca una foto de cuando usted tenía siete años o menos. Observe a ese niño/niña, ubique esa foto en algún lugar de su casa u oficina. Elija el lugar apropiado donde pueda verla para recordarle a ese niño/niña que una vez fue y sigue palpitando dentro suyo. Conéctese con ese niño y “sienta” ¿qué emociones surgen? ¿qué recuerdos aparecen? ¿qué sentimientos afloran?
*”(…)La calidad y el éxito de la crianza infantil aumenta notablemente cuando los padres logran recuperar su propio niño interior previamente descuidado, y cuando logran transformalo en una fuente de compasión para el cuidado de sus propios hijos. El trato que damos a nuestro niño interior determina fuertemente el trato que damos al niño exterior”.
Sin duda que el camino del encuentro con el Niño Interior es el “Camino del héroe” o “el camino del guerrero silencioso”. Surgirán muchos desafíos, muchos caminos sinuosos que tal vez, no se quiera recorrer. Sin embargo aunque el trayecto no sea del todo placentero, se podrá llegar a una meta por muchos deseada: El encuentro con el verdadero YO, con lo auténtico, con la esencia del alma que descansa en los brazos del niño interior olvidado que clama por ser rescatado de la soledad en la cual vive. Podrá sentir que ya no necesita de tantos mecanismos defensivos para hacerse escuchar, ni de violencia o adicciones para tapar su soledad. Podrá empezar a confiar en si mismo y enseñar a otros a lograrlo. Los primeros beneficiados serán los niños externos. Vale decir, los hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario